martes, 1 de julio de 2008

Sobre la "frustración del autito a cuerda"


La esperanza que depositamos en el acto de dar rosca durante largo rato a un autito a cuerda por lo general nunca recibe la ansiada reciprocidad por parte de la apática, solitaria y breve carrera en que el autito se desliza sin mayor gracia que la observable. Muy por debajo a la gracia que uno se espera luego de invertir tantas vueltas de cuerda (acción que indudablemente es desesperante).
Tal frustración vacía experimenta el individuo que descubre que el esfuerzo o el sufrimiento invertido durante parte de su vida, participa en una especie de parodia de cupones-descuento donde, tal sacrificio, vale apenas por el 15% (en los mejores casos) de remuneración en felicidad del tipo que sea.

Ariel David Roldán.
Argentina.

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